#4 • Emprendiendo ando
La cuarta y última parte de la historia sobre el emprendimiento de mi hermano y mío, y de cómo hemos generado exactamente $0 pesos en 8 meses 🙃.
Aquí te dejo la tercera parte, por si te la perdiste. Y aquí la primera, para los nuevos suscriptores.
Preparen unas palomitas o agarren una cerveza, este está largo.
Recordando la situación en la que estábamos en el correo anterior: desarrollando una app para administración de facturas para despachos contables.
Ya habíamos confirmado que era un problema real, y que solucionarlo ayudaría a ahorrar más de 75 horas de trabajo al mes. Esto porque su software actual es lento, anticuado e involucra mucho trabajo manual.
Entonces, nos pusimos a trabajar. Aproximadamente mes y medio después, teníamos una plataforma funcional en la que el despacho contable podía:
Dar de alta a sus clientes, con las correspondientes credenciales del SAT.
Tener todas las facturas de sus clientes actualizadas y sincronizadas en automático en la plataforma.
Obtener la Opinión del cumplimiento de obligaciones fiscales de cada cliente en tiempo real.
Descargar a Excel reportes de facturas por cliente y/o rango de fechas específicos.
Tener sincronizados a Dropbox los reportes necesarios para hacer la contabilidad de cada cliente.
Con solo estas funcionalidades, el despacho contable ya se podía ahorrar las 75 horas de trabajo al mes.
Para inicios de cada mes, todas las facturas y reportes ya estarían descargados en el sistema e incluso en su cuenta de Dropbox. Sin ninguna intervención manual.
Ahora sí, solo era cuestión de hacer el trabajo real de contabilidad y no todas estas tareas repetitivas.
Para este punto, el despacho con el que nos habíamos aliado ya estaba usando el sistema con varios de sus clientes, tanto grandes como pequeños. Cada detalle, problema o mejora la íbamos agregando al vuelo. El gerente de operaciones estaba encantado.
Después de confirmar que sí les servía todo lo que hicimos, y que estaban felices con la plataforma, llegó el momento interesante: salir de la etapa de prueba y empezar a cobrar.
Entonces nos reunimos con el gerente de operaciones y el director general para platicar del precio y todo se vino abajo.
La hora de la verdad
Nuestro modelo de negocios estaba ligado al modelo de negocios de nuestro proveedor que nos conectaba con el SAT.
Cada cliente que conectábamos, nos generaba un costo mensual recurrente y había que pagarlo por los siguientes 3 meses. Entonces también nosotros cobrábamos cada mes, por cada cliente. Algo así:
Suscripción mensual a Perro Dinero
Suponiendo que el despacho crea 150 clientes en Perro Dinero, al final del primer ciclo de suscripción tendría que pagar $13,050 (25 + IVA x 150 clientes x 3 meses). Y a partir del cuarto mes ya solo $4,350.
Comparado con su actual sistema para descargar facturas, claramente estábamos muy por encima de su presupuesto.
Ellos pagaban $500 pesos al año por cada licencia del software actual, y necesitaban alrededor de 10 licencias. Entonces, 500 x 10 = $5,000 pesos al año. Eso es casi lo que pagarían con nosotros en un mes 😅
Nuestra propuesta de valor
¿Por qué creíamos que ese precio era justo?
Todo era set and forget. Da de alta tus clientes y olvídate de todas estas tareas administrativas de una vez por todas.
Era un sistema en constante evolución. Toda nueva mejora y funcionalidad estaría disponible sin pagar extra.
Si la Opinión del cumplimiento ante el SAT cambiaba, la plataforma los notificaría en automático.
El soporte técnico que ofrecíamos era rápido y personalizado.
Las credenciales están seguras con nosotros. Solo usamos la contraseña y/o clave privada una sola vez y ni siquiera la almacenamos. En cambio, ellos tienen que guardar, probablemente en algún Excel, todas las contraseñas y archivos de llaves privadas de todos sus clientes.
La plataforma escalaría junto con su cantidad de clientes. Si de la noche a la mañana tuvieran el doble de clientes, el esfuerzo para obtener todas las facturas y reportes seguiría siendo exactamente el mismo. Sin la plataforma, los tiempos y esfuerzos podrían incrementarse exponencialmente (más empleados, más puntos de comunicación, más intervención manual, mayor posibilidad de errores).
Pero bueno, nos aventamos la reunión, les platicamos del precio y su conclusión fue que “en realidad no tenían un problema tan grande”. Que en lugar de pagar por un software que lo hiciera en automático, podían pagar a un becario que hiciera ese trabajo.
Un becario que tienen que estar rotando cada tres meses. Es decir, cada tres meses tienen que:
Reclutar a un nuevo becario.
Enseñarle los procesos y la forma de trabajar del despacho.
Concluir el contrato del becario y empezar el ciclo de nuevo con otra persona.
Y esa fue la razón por la que no nos contrataron.
De acuerdo al despacho, la plataforma no ofrecía tanto valor como nosotros pensábamos. Que es algo que pudo haber salido durante la etapa de pruebas; durante todo este tiempo que ellos estuvieron participando, dando ideas y usando el sistema.
Hablamos y discutimos un buen tiempo, ambos lados siendo totalmente honestos y justos. Todos aprendimos mucho de este proyecto, pero, al final, no se dio.
¿Por qué dejamos el proyecto?
Platicamos y compartimos nuestra visión con otros despachos o personas clave en ellos y no obtuvimos buenas respuestas.
La mayoría usaba este tipo de software anticuado, por el que pagaban una miseria, y preferían lidiar con el problema de descarga y creación de reportes manualmente.
Creo que si hubiésemos seguido buscando, vendiendo e iterando, podríamos haber conseguido buenos clientes, pero durante todo el proceso nos dimos cuenta de algo muy importante.
No queríamos desarrollar, vender y mantener un sistema del que no somos usuarios directamente. No lográbamos entender por completo los procesos ni estábamos motivados a hacerlo, porque no es nuestra área de experiencia.
¿Qué pudimos haber hecho mejor?
Se me vienen un par de cosas a la mente para futuros proyectos:
Definir y compartir un precio aproximado desde el inicio. Así no habrá grandes sorpresas.
No irse de hocico diseñando y programando tanto desde una etapa tan temprana. Nos emocionamos demasiado echando código que olvidamos hablar más con nuestros prospectos.
Investigar más el mercado actual. Nos faltó tener un panorama más amplio de lo que los despachos contables usan hoy en día y del por qué están contentos con ello.
¿Fin de la historia?
Fue el fin de este proyecto, pero para nada será el fin de nuestros intentos por crear algo que disfrutemos, genere valor y, por supuesto, dinero 💰
Hasta la próxima y gracias por leerme 💖